Los despachos compartidos son una realidad cada vez más extendida. La posibilidad de contar con una oficina en un lugar céntrico sin necesidad de tener que alquilar un despacho entero con el coste que ello supone, es una de sus principales ventajas. Además, son espacios colaborativos, donde también tienes acceso a salas de reuniones para cuando tengas que citarte con algún cliente o cuando lo necesites.

En estos despachos compartidos, podemos encontrar una gran variedad de perfiles profesionales. El contacto con unos y otros también enriquece mucho el trabajo de cada uno, puede crear sinergias y además convierte el espacio en un lugar muy saludable.

Los perfiles de profesionales en un despacho compartido

En general, podríamos decir que los profesionales que utilizan los despachos compartidos tienen una serie de rasgos que los caracterizan:

– Profesión: suelen tener profesiones más tecnológicas, ligadas normalmente al mundo de internet. El boom de la digitalización, que dio el pistoletazo de salida durante la crisis de emergencia sanitaria pro la Covid-19, ha supuesto un factor decisivo en la demanda de este tipo de profesionales, que encuentran en el coworking una forma perfecta de desarrollar su trabajo y estar en contacto con perfiles que enriquecen su labor.

– Edad: suelen tener entre 25-50 años, aunque siempre podemos encontrar perfiles con una edad mayor o menor dependiendo del tipo de trabajo. Este dato sobre la edad está muy ligado al factor anterior. Normalmente, los puestos relacionados con la digitalización suelen ser más habituales en edades más tempranas.

Empresas pequeñas o trabajadores autónomos. La norma es que el coworker suele ser un trabajador autónomo, o una empresa pequeña, con dos o tres trabajadores, que no requiere de un gran espacio para desarrollar su actividad.

No obstante, al margen de estos tres factores, pueden convivir en un coworking una amplia disparidad de profesionales. Así, por ejemplo, es posible encontrar perfiles de profesionales independientes como abogados, arquitectos, fotógrafos, programadores, creativos, y un sinfín de posibilidades.

De lo que se trata es de crear un espacio compartido que permita establecer relaciones de cooperación capaces de alimentar proyectos futuros y crear negocio entre los distintos profesionales. Por eso, es frecuente encontrar centros de negocios especializados por tipos de profesiones, ya que, de esta forma, las sinergias están aseguradas. Esto por ejemplo es muy frecuente en el sector de la tecnología, donde hay centros de negocio especialmente pensados para perfiles como diseñadores web, programadores, etc. Estos espacios, además, tienen una serie de recursos y comodidades que aportan un valor añadido al profesional, y por lo tanto, son mejor valorados.